viernes, julio 12, 2013

Re-make. Don Armando.



"El cantinero sabe todo".





El bar estaba vacío, mi amigo y yo nos dispusimos a terminar la tarea de estequiometria en ese lugar, acompañados de un cigarro y dos cervezas. Después de un rato, me llamo la atención ver al viejo y vulgar cantinero sentado en la puerta de su bar de mala-muerte, con su rodilla hinchada, con expresión de desesperanza en su rostro, con aires de nostalgia.

 

-¿Qué le paso en su rodilla don armando? -dije- ¡esta hinchadísima!

- La pinche gota. -Contesto mientras alzaba la cabeza para verme. -Es una pinche enfermedad tan dolorosa. Si sigues de borracho, algún día la sufrirás. Ahora eres joven y te ríes de la pinche vida, sientes que eres el más aguantador chupando, que te coges a las viejas que quieras en una misma noche y tantas otras tonterías que creen los jóvenes, pero la vida siempre te pasa la factura de tus actos.


Prendí otro cigarro, mi amigo se acercó a la plática y esto empezó a tomar aires didácticos, más bien éticos, pero a fin de cuentas, enseñanza pura. Don armando siguió:


-Cuando tenía su edad, sentía que la vida me la pelaba... chelas, viejas, piedra, desmadre, en fin. Eso acabo conmigo, me separo de mi familia, mi esposa, mis hijos… ahora sí quiero ver a mis bisnietos tengo que ir hasta Pachuca, de otra forma no se puede.

- ¿Si era muy pedo don armando?

-¡¿no te estoy diciendo, cabron?!

-‘Ta bueno, ‘ta bueno. Pero dígame, ¿cuántos años tiene?

-Tengo 65, hace 60 años llegue aquí a Ticoman, vi cómo se formó el IPN. Recuerdo que un día llegaron unos tipos bien trajeados, el más mamón era el arquitecto Salas, ese wey fue el que hablo con la gente pa´ que le vendieran sus cultivos de maíz, el wey que no quisiera vender se lo cargaba la jerga. Y así empezaron a construir lo que ahora es unidad Zacatenco y unidad Ticoman, donde ustedes estudian. Por este bar han pasado 40 generaciones. Mi jefecita, en paz descanse, empezó vendiendo pulque y aquí venían chavillos, igual que ustedes, a ponerse bien pedos. Después metimos cerveza y todo fue mucho mejor. Los ingenieros más picudos de PEMEX han venido a cagarse de pedos a este lugar, así como lo ven.

-Le voa agarrar otras dos cervezas don armando -dijo mi amigo el Rudo a la vez que abría el refrigerador.

-¿y qué le paso a su nariz don armando? -pregunte-

-Pu’s también por pedo wey, recuerdo que una vez venía bien pedo y un tipo me invito a su casa a tomar pulque, ya ahí me dice el ogete "¿Apoco si muy aguantador cabron?" y que le digo "A huevo" en eso saca una navaja el tipo ese y me dice "pos te voy a bajar los humos" que le digo "mejor guarda eso wey", "lo voy a guardar, pero en tu panza" en eso se me avienta y que le quito su navaja y la aviento lejos, nos caímos al piso y el muy joto que me muerde la nariz, pus me arranco un cachote, como pueden ver.

 

Y así pasaron minutos de plática, desde las peleas más intensas que han habido, hasta chicos que han triunfado y han pasado por ahí. De todo un poco, la corrupción en las escuelas, chicas... y en esta parte quiero poner una bella historia de amor, de esas que se cuentan en días cotidianos, un amor protagonizado por una joven drogadicta y un viejo cantinero de 58 años.

 

-¿Y ahora ya no tiene ninguna familia don armando?  -pregunte con curiosidad.

-Tengo un hijo de 7 años.

- ¡Ah chinga! ¿Cómo está eso don...? Ósea que lo hizo a los… ¡58! usted sí que es aguantador, pero ¿cómo es que lo tuvo, con quién? si se puede saber.

-En unas cuantas generaciones pasadas, empezaba a venir por acá una chica de piernas gruesas, usaba unas mallas con falda negra, tatuada de los pechos y los brazos, güerita, bonita, de pelo negro y raro. Bien peda y puta la vieja. Recuerdo que me decía "qué onda pinche Armando, yo sé que me traes ganas" y yo le decía "noooo, no hija, como crees, date a respetar" y así, un chingo de veces se me ofreció. Después le empezó a entrar duro a la mostaza y después a la soda, ya cuando cayó bien bajo le entro a la piedra, ya hasta se dejaba coger por los vendedores con tal de que le dieran piedra. Yo le decía "ya salte de esas madres hija, eres muy guapa como para andar así de perdida", no sé si me hizo caso a mi o a la situación, la cosa es que logro salirse de esas madres y termino su carrera en ingeniería petrolera, pero no me la aceptaron en PEMEX por sus tatuajes, hasta se los tuvo que quemar, pero ni así. Un día llego bien feliz a decirme "¿qué crees armando?, ya me aceptaron en un empresa" y yo le dije "que chido hija, ahora échale ganas y ya no te metas cosas", hasta parece que le hubiera dicho que se meta de toda droga, por que después me entere que me la cacharon de piedrosa y la engranjaron 2 meses, y lo peor, me la ficharon en el mundo petrolero. Un día, hace como 8 años, regreso y empezó otra vez con eso de las drogas. Recuerdo que un día eran como las 3 a.m. y me toco, salí y era ella: "Armando, me traes ganas y te traigo ganas, vamos a darle gusto al cuerpo", "nooo, como crees hija, mejor vete" en eso que se alza la blusa y me dice "mámale", nooo, pus la carne es débil, y que le ponemos, cuando terminamos me pidió pa’ una piedra y que le doy mil varos. Después me di cuenta de que na’mas ´taba gastando mucho varo y decidí sacarla de esos vicios. Después salió embarazada y pos no sé, pero pa´ mi el chamaco es mío. Ahora ya tiene 7 años mijo, luego viene ahí con su mamá a dejarme de comer, pero es bien maquinero el morro, se la pasa en las maquinitas gastando el varo que le doy, no viven aquí conmigo, a pesar de eso, no me siento solo, sé que los tengo.

-Otras 2 cervezas don armando.

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