viernes, abril 21, 2023

La revolución femenina.

 


A lo largo de la historia de la humanidad han existido 3 revoluciones que marcaron nuestra evolución como especie: La revolución cognitiva (hace unos 70 mil años, cuando aparecieron los primeros Homos capaces de comunicarse a través de un protolenguaje, capaces de crear historias y de curar un fémur), la revolución agrícola (hace unos 12 mil años, nuestros primeros asentamientos y nuestros pininos de organización en sociedades comunitarias sedentarias) y la revolución científica (hace apenas 500 años, el significante de nuestro sistema actual, el salto exponencial de herramientas sencillas a complejas, como la inteligencia artificial).


Muchos sociólogos, futuristas, científicos, eruditos hablan de la revolución digital, revolución cuántica e incluso una revolución espacial, pero poco se habla de la revolución femenina que comenzó hace apenas unas décadas. Acostumbrados a la simplificación de las cosas y de la situaciones, asumimos que el genero femenino siempre ha estado acá, acompañándonos codo a codo en las tareas cotidianas de desarrollar una sociedad moderna… no olvidemos que hace siete décadas las mujeres no tenían derecho al voto, hace un siglo no tenían derecho visible a la educación (actualmente, la estadística nos dice que las mujeres son limitadas de este derecho en varios asentamientos rurales e incluso urbanos), algunos “eruditos” del siglo pasado seguían defendiendo la idea de que neuro-biológicamente el genero masculino estaba por arriba del femenino. Hoy en día todos esos mitos se derrumban uno a uno, a veces aceleradamente y otras veces pareciera que seguirán ahí, indestructibles, como el machismo soft disfrazado de caballerosidad, como ese feminismo que solo hace copy-paste de los peores vicios machistas. 


La cuarta gran revolución de nuestra especie es la revolución femenina. Equiparar derechos, distribuir obligaciones y contribuir en la construcción de nuestra sociedad, es algo contra-natura, de ahí su importancia: Podemos encontrar especies que son matriarcales, especies donde la hembra degolla al macho después de que este cumple su función biológica e incluso una especie que se auto fecunda. Pero no se ha observado una especie que, a través de la lucha, de la protesta, del trabajo y de la concientización, haya cambiado la forma en la que se establecieron las posiciones jerárquicas naturalmente.

 


Feminismo moderno.



Hablar de feminismo es un tabú para el género masculino y esa es la idea. Un hombre no puede opinar sobre el cuerpo de una mujer, sobre las experiencias conscientes de una mujer (laborales, familiares, sociales, etc.) e incluso sobre la sexualidad de una mujer. El problema del feminismo actual es la mancha del hombre queriendo ensuciar con ideologías propias de su género un movimiento al cual no pertenece y que no le pertenece.


Es una lucha de la mujer por ser mujer en este mundo que se diseño por y para hombres, una lucha que vendrá a potencializar la forma en la que nos construimos como sociedad, siempre y cuando nos dejemos ayudar los unos a los otros, por que la verdad es que vamos atrasados: nuestro problema no tendría que ser de genero, si no de humanismo, transitar la biología y pasar al problema duro, igualmente se entiende que todo es en su tiempo, a veces queremos correr tras lo que ha de llegar.

¿Qué nos dice el espíritu? Es obvio que la espiritualidad pertenece a otro plano, si, dependiente siempre del cuerpo para poder crear un puente de lógica verbal; pero se debe quedar en el lugar que pertenece. Hablar de un sagrado femenino y un sagrado masculino, no hace mas que complicar las cosas, increíblemente no solo contra-dice esta lucha, si no que la rechaza, causa escozor entre los gurúes del espíritu que les hables de su machismo interiorizado, por que la verdad es que ese cáncer ataco hasta lo sagrado, y cuestionar a los dioses, pues esta mal (algo parecido a ser militante de un partido politico y cuestionar al dirigente). "Estas aquí para aceptarte y aceptar las cosas, pasar tus pruebas, aprender y amar"... yo agregaría que estamos aquí para trabajar, y no trabajar en nuestros sueños pedorros y egoístas, si no trabajar para mejorar en colectivo, siempre, siempre. 


La consciencia sin acción, no sirve.





*Texto meramente escrito como nota mental, sin querer fingir ser "aliade", sin interferir o apropiarme en lo mas mínimo de esa honorable lucha que no es mía, pero que apoyo desde mi insignificante e ignorante esquina.