Cosas del Jazz.
Louis Armstrong
tocaba la trompeta con tanta pasión mientras miraba de reojo a la guapa mesera de aquella
oscura taberna, tal ves solo queriendo llamar su atención, ¿acaso era tan
insolente que aun no caía en la cuenta de que su sola presencia en el escenario
llamaba la atención de todo el mundo?
Ya varios
auguraban su futuro, escucharlo tocar era lo mas parecido a la eterna felicidad
que todos buscamos. Nueva Orleans nunca estuvo mas viva que aquellos años de
sus inicios como músico: accesible, relajado, alegre y, al igual que el, así era su música y así era Nueva Orleans en
aquel verano de 1920. Por supuesto, en medio de todo ese jolgorio estaba el
amor.
Emma, la
mesera, soñaba con que los labios de Armstrong la besaran con la misma fuerza
con la que soplaba por la boquilla, que sus dedos la acariciaran con la
destreza con la que se deslizaban por las llaves y que, por una noche, dejara
de ser el músico y bajara del templete a bailar con ella.
Nunca fue así.
Armstrong tuvo que decidir entre la fama o el amor por Emma. El resto de la
historia ya la sabemos, o la podemos deducir al comprar un disco de Armstrong
en el rincón mas alejado del planeta.
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Ray Charles
estaba al piano como poseído por el diablo. Gruesas gotas de sudor le caían por
debajo de su barbilla, justo después de rodear esa sonrisa que siempre le
acompañaba.
Lo mas difícil
ya había pasado: aquella eterna oscuridad, el miedo, la soledad, la desesperación
de no poder ver el amanecer, ya no digamos el anhelo de ver esos atardeceres
que su madre le describía haciendo énfasis en los detalles solares. Georgia on
my mind. Pero toda esa luz llego (o entro por sus oídos) cuando sus dedos
tocaron por primera vez las teclas de un piano.
Y ahora se
encontraba iluminando el mundo con ese >Sol<
sostenido detrás del piano, y en el
momento de mas excitación, justo cuando todos pensaban que la canción no podría
ser mas perfecta, su voz se fusionó al instrumento mientras disparaba con energía
un grito que entonaba “What´d I say…”.
Son
historias de pantano, historias del calor, de música, de amor.
*Escrita después
de ver “La princesa y el sapo”, la ultima película animada de Walt Disney en la
que se utilizo la técnica de dibujo en 2D sobre celuloide y que esta basada en
la tradición Jazzística.