miércoles, abril 11, 2018

Los consejos, el amor y el odio



Consejos baratos para darle sentido a tu vida.

De esos que te encuentras en la calle tirados, en una pared pintada, en las películas de Disney, ya no digamos de Disney, en los productos de televisa. Basura disfrazada.
No creas, no imagines, no pienses ni por un instante que lo más chingón que hayas leído en Facebook será lo que te cambiará la vida. Es pura basura, en serio te lo digo, es pura basura.
Lo que te cambiara la vida no lo encontraras en tus libros de Paolo Coehlo, no lo encontraras en tu roadtrip a Calakmul, ni fumando mota por tres días. No se donde se encuentre, discúlpame, no lo sé. Imagino que lo encontraras en la primera mirada que te arroje tu primogénito, o en la última de tus padres, en el largo camino de regreso a casa después del fracaso.

Lo que fácil llega fácil se va. Es una gran verdad. Cualquier consejo barato que te de tu amigo el culto no te servirá. Si quieres tener el conocimiento, la sabiduría, tienes que estudiar y estudiar mucho. Si quieres ser el poseedor de la cuarta parte de una verdad a medias, tienes que chingarle, y cuando creas saberlo todo, cuestionarte, tirar tus cimientos y volverlos a construir. Es muy sabio decir que no sabes nada. En resumidas cuentas, tu amigo que lee los artículos de Vice, ha leído un par de libros de Schopenhauer y uno de Bukowski, no te sabrá decir que rumbo tomar. Apuesto que el mas erudito filosofo se limitara a repetir el mantra de “la verdad esta dentro de ti”. Y esta cabrón darle sentido a esa retórica.

Lo contradictorio que llegan a ser los días en la vida, es lo que le da belleza a la misma.



Sobre el amor.

A veces es un poco triste. No se en que momento pasa de ser lo mas hermoso que puedas sentir dentro de ti, el imán que te obliga a estar abrazado siempre, a lo monótono de un “buenos días, amor”. Lo que si se, es que el amor no siempre debe de componerse de estar como muéganos o repetirse te amos hasta devaluarlos, se que es un rollo mas filosófico de velar por las felicidades mutuas, no importando cuales sean estas, de soltar si es necesario, de dejar ir, de dejar regresar y ¿por qué no? de silencios incomodos y de llantos.



Sobre el odio.

No viene de la nada, no hay razón psicológica espontanea. Siempre tiene un origen, siempre existe el porque. ¿Acaso no has llorado de impotencia? Justificada o injustificadamente, ese impulso de querer cambiar las cosas.


Hay odios que son la resultante de la ambición: creer que es tu derecho tener más que otros, una mejor vida, un mejor puesto o una mejor mujer… hasta algo tan banal como una mejor calificación. Hay otros odios un poco mas justificados (si es que los pacifistas me permiten casar el termino odio con justificación): valga la redundancia, por ser víctima u observador de las injusticias de la vida, de las circunstancias, porque la sociedad poco a poco nos obliga a eso.

No dudo ni tantito que la tristeza tenga mucho que ver con el odio, ¿qué te queda después de sentir rabia e impotencia, después de llorar por horas maldiciendo quien sabe que cosa… o después de la venganza? Solo tristeza, nostalgia.


No es precisamente odio lo que tengo, es un poco de miedo combinado con rencor e impotencia. No celebro la felicidad de los tiranos, tampoco es que los quiera ver desmembrados ¿qué clase de monstruo sería? Solo buscamos igualdad, solo buscamos felicidad generalizada, mejores oportunidades y seguridad. Quiero ver a mis sobrinos crecer sin las inseguridades que me acompañaron durante mi infancia, sin las tristezas de los días malos.

No es precisamente odio el que siento, es solo una onza de nostalgia por lo lejano que me siento de los que más amo, una pisca de impotencia por el gris presente y un chingo de coraje por la felicidad de los tiranos.