Fin de temporada
10 de octubre de 2013.
"La inspiración no es una ciencia
exacta"
Anónimo.
Es inevitable que la vida no se segmente
en etapas, es decir, la vida no es lineal. Todos, en algún momento, tenemos un
parte-aguas, algo (algún suceso) que nos indica que terminamos un ciclo. Digo,
siempre que es final de temporada en Dr. House, hay mil problemas alrededor de
la vida de los participantes.
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Siempre fue en broma. Pero en la carrera
no le llamábamos semestres, si no temporadas, e increíblemente cada fin de
semestre (temporada) andábamos metidos en un problema.
Aquí estoy, a mitad del capítulo de otro
fin de temporada en mi puta vida: una
prueba difícil, una prueba de carácter, una prueba laboral.
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Es media noche. Después de darle muchas
vueltas, decido prender la lámpara de mi cabecera (digamos ´la cabecera´ por
que no es mía). Tomo la libreta y empiezo a escribir, sabe dios o el diablo si
escribiré algo bueno o lucido, igual debería dejarme de tonterías y ya
dormirme. “No mames, wey. Estoy súper-mal-viajada” dice Charly desde su
teléfono, mientras me pregunto cuántas chavitas comparan su vida con Soytufan.
Es ahí, talves, donde inicia mi conflicto:
¿Hasta qué punto somos protagonistas de nuestras vidas?
Capítulo de fin de temporada.
Un tal Freddy Chico viaja a mi lado en el
helicóptero, su nombre lo supe cuando investigue quien sería el que me diera
ordenes en aquel lugar, me dijeron algo más: “vas a querer huir a media
semana”. Se sorprende al ver que bajo en la misma plataforma que él, solo un
momento, lo trata de disimular.
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-¿Y
tú eres?
Me
pregunto indiferente y respondí alegre.
-¿Y vienes cómo?
Me pregunto malhumorado y simplemente
respondí.
Me miro fijo a los ojos, mudo, quisiera
decir inexpresivo o enojado, pero ya no lo supe… pensé que era un reto de
carácter, así que no baje la mirada. Fueron como diez segundos en los que casi
me orinaba, pero Freddy concluyo preguntando curiosamente:
-¿Cuánto tiempo llevas en el área?
Respondí alegre.
Llevo once días bajo su mando, los más largos
de mi vida, los de mayor reto: intelectual, de carácter, de resistencia. Gas en
superficie y explosiones repentinas en el quemador, control de flujo y de
gente, diésel regándose en el piso, gritos en mi espalda, Freddy presionando mi
cuello con su bota (metafóricamente hablando). Tristeza.
Freddy Chico: alto, delgado (¿o flaco?),
moreno, cabello cano pegado al cráneo, nariz aguileña, ojos como de marihuano
(perdón por la falta de descripción para ese tipo de mirada), porte militar,
diabético y con diagnóstico de desequilibrio mental. De voz grave y muy directo
al hablar.
-¿…entonces de que me sirve que estés
aquí?
Me gritaba cuando sentimos ese extraño
temblor seguido de una bola de fuego gigantesca directo al mar a través del
quemador, Freddy de un solo paso llego
la consola tratando de controlar el flujo de gas que se estaba
manifestando. Yo corrí al altavoz:
-¡Cierren la válvula maestra!
Grite e inmediatamente sentí que alguien
me empujo y me arrebato el micro.
-¡No cierren la válvula, no cierren nada!
Y colgó mirándome con el infierno en los
ojos, apreté los puños y grite.
-¡¿por qué carajos hizo eso?!
-¡La tubería flexible está adentro y no
podrán cerrarla, chamaco!
-¡La tubería flexible está a quince metros
y la válvula a dieciocho, cierra bien!
Me miro sorprendido y salto al altavoz.
-¡Cierren la válvula maestra!
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Y la última escena del fin de temporada
será en un restaurant frente a la playa, yo comiendo un coctel de camarones y
bebiendo una victoria, Freddy Chico con su esposa en frente de mi, bebiendo una
corona. En la rockola suena Besame mucho. Atacados de la risa después de
contarle a su mujer como me regañaba y pisoteaba verbalmente y entre risas dejo
escapar su eterna frase: “si les ves potencial, tráelos a pan y verga… y de vez
en cuando quítales el pan”.
Brindamos y mi mente ya no está en ese
lugar, ya olvide por que reímos, solo pienso en llegar a mi casa, abrazar a mis
padres y besar a Brenda “como si fuera esta noche la última ves”.