lunes, febrero 02, 2015

Humildes y no sensatas impresiones sobre la colonización moderna.





La colonización moderna en México empezó, según yo,  después de la independencia. 






El abrazo de Acatempan. Que según el historiador José Villalpando no fue un abrazo si no un saludo muy de mala gana y que tampoco fue una alianza si no una tregua momentánea entre dos mandos medios opuestos. Por un lado tenemos a Vicente Guerrero: arriero, guerrillero, rudo y, para sorpresa de muchos, masón. Por el otro a Agustín de Iturbide, comandante en jefe de la monarquía española (en este punto me detengo para carcajearme un rato imaginando al niño aspirante de rapero del CCH). Vicente Guerrero, fuertemente apoyado por la aun infantil economía estadounidense (que bien podría traducirse en inglesa) y Agustín de Iturbide anticipándose a la caída de la madre patria que a estas alturas de la larga lucha de independencia mexicana, ya está dando patadas de ahogado. 

De esta “espontanea” alianza obtuvimos (sin menospreciar los esfuerzos y derramamientos a priori y a posteriori) el plan de Iguala, el ejército trigarante y por fin los tratados de córdoba que nos declaraban como nación independiente. O al menos es lo que en la primaria me platicaba mi obesa maestra Leonor mientras llenaba su boca con chayotes hervidos quesque pa´ adelgazar.

No quisiera y detestaría que este texto se tornara en otro más que se enfoca en la esquizofrénica idea de que los masones nos dominan, sin embargo, mucho fue el apoyo de este grupo de “intelectuales” extranjeros a nuestra independencia, que se hace evidente el hecho de tener que empezar, desde ese momento, a tener que pagarle favores a nuestros vecinos del norte.
 -------

Poco menos de cien años después, vemos a un sonriente Doroteo Arango salir huyendo en fa de Columbus, Nuevo México. Los gringos no habían sido atacados en su propio territorio desde el fin de la guerra anglo-estadounidense. Si los mexicanos fuéramos menos hipócritas, podríamos decir que esta fue la acción más heroica que haya hecho cualquier otro personaje en nuestra historia: un coscorrón al chico rudo de la clase y que este no haya podido alcanzar al que lo ha humillado en medio de las risas burlonas de los demás mocosos. 

Otra ves la reflexión, sin cuestionar absolutamente nada, de pensar en que tanto nos ayudó la revolución o si ahorita tuviéramos nuestra propia torre Eiffel en lugar del monumento a la revolución.
La posición estadounidense había quedado bien clara desde que el embajador Lane Wilson susurraba al oído de un ebrio Victoriano Huerta. Después todo paso tan rápido y revuelto: se vino la guerra de guerrillas y da la impresión que desde esos entonces nació en México la táctica de que para desestabilizar cualquier movimiento, lo único que se tiene que hacer es infiltrar, cambiar intereses entre grupos internos y después sentarse a ver como se destrozan entre ellos.

He caído en la cuenta de que este diminuto ensayo sobre colonización moderna empieza a sonar a una aburrida clase de historia que tenemos que tomar un viernes a las cuatro de la tarde. Asi que al grano.
 ------

Justo al punto donde quiero llegar es que ayer, mientras destrozaba mi calculadora en el escritorio, me di cuenta de un escándalo tras de mí y voltee para percatarme del exagerado interés de mis compañeros por el Super-bowl, ese espectáculo deportivo que parece actuado, para después dar entrada a la típica escena de la “cultura” moderna: Katy Perry en vestido entallado, show de luces y un tigre gigante y mecanizado. ¡Wow! Que increíble, que innovador, esos gringos cada cosa que inventan.

¿Qué demonios nos pasó? Dejaremos que los estadounidenses nos sigan subyu…

-          ¡Ya cállate, cabrón! Tienes un iPhone, manejas un minicooper y ya me entere que fuiste a Fort Worth y te trajiste un chingo de ropa.

Me grita Pancho Villa carcajeándose y cabalgando dentro de mi taza de café.

domingo, febrero 01, 2015

Disertación sobre la industria petrolera. 2



LOS HECHOS.

*una disculpa si el texto se torna muy tecnico,
 hice mi mejor esfuerzo para dirigirlo al lector en general. 


En medio de esta vorágine de reestructuras, ajustes, conflictos de interés y crudo en 30 dólares, nos encontramos tres personajes a bordo de una plataforma de perforación marina: el superintendente, el ingeniero de pozo y yo, el inspector técnico de perforación. El pozo Ek-41, que hasta hace una semana solo era uno más de los miles en desarrollo, lleva perforándose desde noviembre de 2013 (en promedio, un pozo a 5500 metros se termina de 4 a 6 meses), con un sinfín de problemas y gastando hasta el momento 960 millones de pesos. Un pozo especial por querer ser el segundo horizontal en arenas del jurásico (el primero fue el Balam-75, en donde el escritor también estuvo presente).

Mientras se intentaba perforar dicha sección horizontal, la última etapa, se quedó atrapada toda la herramienta direccional, para después, al tratar de liberarla, observar tristemente que se desprende y que dejamos algo que en el campo de perforación se conoce como “pez”. Toda la herramienta en el fondo justo en la zona de producción.

Llevamos cerca de seis días tratando de recuperarla, a sabiendas que estábamos en la última parte de un pozo que ha costado mucho trabajo, esfuerzo, dinero y tiempo. Sabiendo que estábamos a nada de terminar un pozo que daría (o dará) 7500 barriles por dia.

“Tienen tres oportunidades para pescarla” dijo fría y secamente el gerente de perforación de la zona marina. “Están pidiendo cabezas… el mismo Gustavo Hernandez está al pendiente de este pozo” nos contó con preocupación nuestro coordinador. “Hay que rezarle a Dios” dijo alguien por ahí.  

Van dos intentos fallidos de pesca. Van muchas horas de planificación, cálculos, ideas, desvelo e incertidumbre. Estamos preparando el tercer ataque y nuestros ánimos oscilan entre esperanza y miedo. Esto se ha convertido más en una cuestión de honor bélico, el helicóptero pasara por nosotros para bajar a rendir cuentas dentro de 36 horas y el tiempo corre por que es un cobarde.


No sabemos que demonios están tramando en tierra, ni los intereses del director de Pemex o el subdirector. No sabemos ni de economía, ni de política internacional. Lo que sí sabemos es de perforación y sabemos que en estos momentos de reestructuración y voladero de cabezas, el empleo de muchos compañeros, sus familias y la escuela de muchos otros Raulitos  depende de nosotros y no tenemos opción de fallar. 

Febrero 1.