sábado, enero 31, 2015

Disertación sobre la industria petrolera. 1


Antecedentes.


La primer semana de 2015 no fue buena para las familias de cerca de 10,000 trabajadores de la industria petrolera contratados por medio de outsourcing  (los contratos que nos hacen pensar que en los albores del siglo XXI aún existe la esclavitud. Era la crónica de una muerte anunciada y augurio del destino que estaba a la vuelta de la esquina para muchos otros. 

No quisiera entrar en detalles de política internacional debido a mi total ignorancia sobre el tema, lamentablemente para el escritor es inevitable no mencionar que solo somos el daño colateral de las modificaciones en materia energética que necesitan hacer los países primermundistas (o los dueños del mundo escondidos tras las enaguas del seudo-imperialismo) para ajustar sus bolsillos y de paso justificar el daño ecológico, por que aquello del cambio climatológico hace bastante tiempo que sabe a naranja agria, ya ni hablar de que algún integrante de Greenpeace haga muecas cada que el escritor menciona su oficio, ignorante al hecho de que el tan solo es una pieza más de este tablero ecológico llamado “ajuste económico”.

A todo esto, me pregunto si Raulito (el hijo menor de Alfonso, ingeniero industrial ex-trabajador de la industria petrolera y recién afectado por el recorte internacional de empleados) sabrá que debido a una “sobreproducción de crudo Árabe”, un conflicto ruso-estadounidense y una reforma energética nacional en pañales, tendrá que dejar de asistir a su escuela privada donde aparte de aprender inglés también llevaba natación. Para integrarse a una escuela publica afectada por constantes inasistencias de los maestros, un mediocre plan de estudios, todo esto aunado a la prematura agresividad de algunos niños (debido a la falta de afecto por parte de sus padres que mayormente son obreros atacados por crisis económicas traducido en estrés) y tendrán, como ventaja, tener que aprender a jugar al futbol en medio de la calle con unos tabiques a manera de portería.

Al día de hoy, finalizando la cuarta semana del año, petroleras internacionales como Weatherford, Schlumberguer o Halliburton, se suman al recorte de personal: Schlumberguer cierra su base en Reynosa, Halliburton anuncia cortar 8,000 cabezas de su planilla y el geólogo de Weatherford a bordo me comenta con tristeza que la próxima catorcena ya no analizara mis muestras debido al famoso recorte. En Pemex nos aseguran el trabajo con la mano derecha y con la izquierda empiezan a eliminar plataformas marinas y deslindarse de su personal, ajenos a la situación de cada individuo. Es una realidad y los números son fríos, esos no tienen parientes. 



Enero 31. Cantarell, Golfo de México.