Disertación sobre la industria petrolera. 1
Antecedentes.
La primer semana de 2015 no fue buena para las familias de
cerca de 10,000 trabajadores de la industria petrolera contratados por medio de
outsourcing (los contratos que nos hacen
pensar que en los albores del siglo XXI aún existe la esclavitud. Era la crónica
de una muerte anunciada y augurio del destino que estaba a la vuelta de la
esquina para muchos otros.
No quisiera entrar en detalles de política internacional
debido a mi total ignorancia sobre el tema, lamentablemente para el escritor es
inevitable no mencionar que solo somos el daño colateral de las modificaciones
en materia energética que necesitan hacer los países primermundistas (o los
dueños del mundo escondidos tras las enaguas del seudo-imperialismo) para
ajustar sus bolsillos y de paso justificar el daño ecológico, por que aquello
del cambio climatológico hace bastante tiempo que sabe a naranja agria, ya ni
hablar de que algún integrante de Greenpeace haga muecas cada que el escritor
menciona su oficio, ignorante al hecho de que el tan solo es una pieza más de
este tablero ecológico llamado “ajuste económico”.
A todo esto, me pregunto si Raulito (el hijo menor de
Alfonso, ingeniero industrial ex-trabajador de la industria petrolera y recién afectado
por el recorte internacional de empleados) sabrá que debido a una “sobreproducción
de crudo Árabe”, un conflicto ruso-estadounidense y una reforma energética nacional
en pañales, tendrá que dejar de asistir a su escuela privada donde aparte de
aprender inglés también llevaba natación. Para integrarse a una escuela publica
afectada por constantes inasistencias de los maestros, un mediocre plan de
estudios, todo esto aunado a la prematura agresividad de algunos niños (debido
a la falta de afecto por parte de sus padres que mayormente son obreros
atacados por crisis económicas traducido en estrés) y tendrán, como ventaja,
tener que aprender a jugar al futbol en medio de la calle con unos tabiques a
manera de portería.
Al día de hoy, finalizando la cuarta semana del año, petroleras
internacionales como Weatherford, Schlumberguer o Halliburton, se suman al
recorte de personal: Schlumberguer cierra su base en Reynosa, Halliburton anuncia
cortar 8,000 cabezas de su planilla y el geólogo de Weatherford a bordo me
comenta con tristeza que la próxima catorcena ya no analizara mis muestras
debido al famoso recorte. En Pemex nos aseguran el trabajo con la mano derecha
y con la izquierda empiezan a eliminar plataformas marinas y deslindarse de su
personal, ajenos a la situación de cada individuo. Es una realidad y los números
son fríos, esos no tienen parientes.
Enero 31. Cantarell, Golfo de México.